Lo diferente, es tan parecido...

Desperté muy temprano por un pequeño accidente común en las mujeres, cada 28 días. No sé qué sucedió pero al subir a dejar la ropa estropeada, decidí cocinar. Sí, cocinar; mientras lo hacía recodé una anécdota que me contaba mi abuela sobre las mujeres que iban a casarse en la sierra. Contaba que los hombres presentaban a su amada con la familia y la madre e, inmediatamente la matrona la invitaba a ayudar en la cocina. La primera prueba era pelar papas, exacto, ese pequeño ritual de quitar la cáscara de la mejor manera para no desperdiciar el alimento (patrañas), con eso "demostraban" que cuidarían del hijo como es la obligación de toda mujercita "de su casa". Tiempo después, por no decir hace tres días, mi madre comentó que cierto día que preparaba "lomo saltado", su ex, Jan, la vio pelando papas amarillas; sí, de esas que tienen muchos ojitos, y le dijo "¿Qué haces?" (cabe resaltar que mi mami no desperdicia). Él le dijo que estaba pelando la...