Tarata, señora K y el prosor.
Hoy, mi mami me estaba contando lo horrible que fue el atentado en Tarata.
Ese día ella estaba de compras por Larco y sus calles, incluyendo Tarata.
Cómo le dio hambre, entró a KFC y a los minutos escuchó la explosión, todos los vidrios volaron y empezaron los gritos desgarradores de las personas.
Cuando salió, el espectáculo era peor que el de una película de acción o terror, todo envuelto en llamas y heridos por todas partes. El terror reinaba en esa época en nuestro país.
Los chicos de ahora solo han leído y escuchado los relatos del terrorismo; los de mi generación, lo hemos vivido. Unos más que otros pero nadie se salvó de los apagones porque voló alguna torre, la propaganda subversiva, el terror en los noticieros, periódicos y en las calles.
Cuando leo sobre terrorismo y las ideas que tienen, me da un poco de pena, una sensación horrible por como la gente debe sublevarse ante la desigualdad y el abuso y lo peor es que esa gente que sufre es, en su mayoría, los seguidores; porque los líderes están en otra.
Ahora que estamos contra la espada y la pared, creo que a pesar que Castillo no va a poder hacer todo lo que está diciendo ya que en el Congreso no tiene mayoría, es complicado pensar que todo va a salir como los ciudadanos de a pie podemos pensar o esperar.
En estos tiempos no podemos asegurar nada, y creo que si recordamos todo lo que pasó en los 80 y parte de los 90, no deberíamos arriesgarnos.
El terrorismo hizo mucho daño al país y la gente del partido de Castillo, de cierto modo, tiene relación con personas con ideas terroristas.
El otro lado no sé si es peor que todo esto, pero cuando tenemos hijos, debemos pensar en su bienestar y no podemos darnos el lujo de querer cambiar el país (como siempre), es un poco frustrante porque quisiera seguir criticando a Keiko todos los días, pero es como escoger entre Sadam Husein y el mismísimo diablo.
#TerrorismoNuncaMas
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